Para Fidel, el "Rey y Zapatero mostraron la imagen genocida del imperio"
El líder cubano salió en defensa del presidente venezolano Hugo Chávez tras el cruce en la Cumbre Iberoamericana. En un artículo titulado ‘Waterloo ideológico’, ratificó que la intervención del jefe de Gobierno español y "su defensa de Aznar" constituyen un "discurso adicional, invertebrado e inoportuno".
El presidente cubano, Fidel Castro, afirmó este viernes que el discurso del jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y la actitud del rey Juan Carlos hacia el mandatario venezolano Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Chile prueban "las conductas y los métodos genocidas del imperio".
"La orden abrupta del rey de España y la respuesta dignísima del presidente de Venezuela, que por causas técnicas ni siquiera pudo oír con precisión lo que el rey dijo, aportaron pruebas irrebatibles de las conductas y los métodos genocidas del imperio, sus cómplices y las anestesiadas víctimas del Tercer Mundo", aseguró Fidel Castro.
Castro dedica de nuevo a la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile otro artículo de su serie "reflexiones", titulado "Waterloo ideológico", informó la agencia Prensa Latina.
"Vino la Cumbre Iberoamericana y allí ardió Troya", asegura Castro, quien afirma que la intervención de Zapatero, en respuesta al presidente venezolano, Hugo Chávez, y "su defensa de (el ex premier José María) Aznar" constituyen un "discurso adicional, invertebrado e inoportuno".
Fidel Castro se preocupó en destacar varias veces en su nuevo escrito que "en aquél ambiente tenso (el de la Cumbre) brilló la inteligencia y la capacidad dialéctica de Chávez".
El jefe de la revolución cubana reiteró sus críticas contra el ex presidente del Gobierno José María Aznar, al expresar que, inicialmente, su idea para este nuevo artículo era la de "obligar a determinados personajes a confesar la verdad sobre los planes de guerra de la OTAN".
"Emplazaba directamente al señor Aznar y presionaba a líderes norteamericanos para que admitieran abiertamente su responsabilidad en las guerras del Imperio. Mostraba pruebas documentadas, algunas inéditas", continúa Castro.
Además, Fidel hasta ironizó sobre "el alma celestina" de Aznar al recordar la conversación que Chávez y Aznar mantuvieron en 1999 en Caracas.
En aquella oportunidad, según indicó Chávez en la Cumbre Iberoamericana, el entonces jefe del Ejecutivo español lo invitó a incorporarse al "club" del primer mundo, y cuando él le preguntó que opinaba de países pobres como los de Centroamérica o los de Africa, Aznar le respondió: "esos se jodieron".
"Conozco bien al líder bolivariano: jamás olvida las frases que directamente escucha de sus interlocutores", señala Castro.
Por otra parte, Castro anticipó que está trabajando en una nueva reflexión, esta vez vinculada al libro "La era de la turbulencia" del ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan.
El presidente cubano sostuvo que en ese trabajo se percibe "la pretensión imperialista de seguir comprando al mundo y sus recursos naturales y humanos pagando con billetes de papel perfumados".
Castro no aparece en público desde julio de 2006, cuando delegó el poder a su hermano Raúl Castro por razones de salud.
Desde entonces se muestra en fotos y videos, el último el 14 de octubre con Chávez en el programa "Alo Presidente" dedicado al Che Guevara, a 40 años de su muerte, que el mandatario venezolano condujo desde Cuba.
"La orden abrupta del rey de España y la respuesta dignísima del presidente de Venezuela, que por causas técnicas ni siquiera pudo oír con precisión lo que el rey dijo, aportaron pruebas irrebatibles de las conductas y los métodos genocidas del imperio, sus cómplices y las anestesiadas víctimas del Tercer Mundo", aseguró Fidel Castro.
Castro dedica de nuevo a la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile otro artículo de su serie "reflexiones", titulado "Waterloo ideológico", informó la agencia Prensa Latina.
"Vino la Cumbre Iberoamericana y allí ardió Troya", asegura Castro, quien afirma que la intervención de Zapatero, en respuesta al presidente venezolano, Hugo Chávez, y "su defensa de (el ex premier José María) Aznar" constituyen un "discurso adicional, invertebrado e inoportuno".
Fidel Castro se preocupó en destacar varias veces en su nuevo escrito que "en aquél ambiente tenso (el de la Cumbre) brilló la inteligencia y la capacidad dialéctica de Chávez".
El jefe de la revolución cubana reiteró sus críticas contra el ex presidente del Gobierno José María Aznar, al expresar que, inicialmente, su idea para este nuevo artículo era la de "obligar a determinados personajes a confesar la verdad sobre los planes de guerra de la OTAN".
"Emplazaba directamente al señor Aznar y presionaba a líderes norteamericanos para que admitieran abiertamente su responsabilidad en las guerras del Imperio. Mostraba pruebas documentadas, algunas inéditas", continúa Castro.
Además, Fidel hasta ironizó sobre "el alma celestina" de Aznar al recordar la conversación que Chávez y Aznar mantuvieron en 1999 en Caracas.
En aquella oportunidad, según indicó Chávez en la Cumbre Iberoamericana, el entonces jefe del Ejecutivo español lo invitó a incorporarse al "club" del primer mundo, y cuando él le preguntó que opinaba de países pobres como los de Centroamérica o los de Africa, Aznar le respondió: "esos se jodieron".
"Conozco bien al líder bolivariano: jamás olvida las frases que directamente escucha de sus interlocutores", señala Castro.
Por otra parte, Castro anticipó que está trabajando en una nueva reflexión, esta vez vinculada al libro "La era de la turbulencia" del ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan.
El presidente cubano sostuvo que en ese trabajo se percibe "la pretensión imperialista de seguir comprando al mundo y sus recursos naturales y humanos pagando con billetes de papel perfumados".
Castro no aparece en público desde julio de 2006, cuando delegó el poder a su hermano Raúl Castro por razones de salud.
Desde entonces se muestra en fotos y videos, el último el 14 de octubre con Chávez en el programa "Alo Presidente" dedicado al Che Guevara, a 40 años de su muerte, que el mandatario venezolano condujo desde Cuba.
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